Durante el 2020, muy pocas micro, pequeñas y medianas empresas han logrado acceder a un financiamiento para compensar en algo los efectos de la crisis económica.
Según datos del Inegi, de los 4.6 millones de microempresas (aquellas con hasta 10 trabajadores) sólo el 10.7 por ciento obtuvo un financiamiento, mientras que de las 166 mil correspondientes al universo de las pequeñas y medianas empresas (pymes, con entre 11 y 100 empleados) sólo el 7 por ciento logró un préstamo durante la pandemia.
Millones de microempresas no han podido acceder a algún crédito porque o son informales o carecen de posibilidad de ofrecer garantías, señaló José Luis de la Cruz, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El bajo acceso al crédito es una de las razones por las cuales más de un millón 10 mil empresas cerraron definitivamente de mayo del 2019 a septiembre del 2020, refirió De la Cruz.
«De haber habido mayor crédito, los negocios habrían tenido una expectativa más allá del confinamiento y su supervivencia habría sido mayor a la reportada por el Inegi», comentó.
Las cifras del Instituto destacan que el principal uso de los préstamos de las microempresas, en un 66.7 por ciento, fue para comprar insumos, mientras que las pymes sólo usaron el financiamiento para ese objetivo en un 34.9 por ciento de los casos.
Las pymes recurrieron a la deuda principalmente para pagar personal, en 46.9 por ciento de los casos, mientras que las microempresas usaron deuda para este fin sólo en 8.3 por ciento de las veces.
De la Cruz señaló que, lamentablemente, en el caso de los micronegocios, que en promedio emplean a cuatro personas y en general son negocios familiares, su mayor problema durante la contingencia sanitaria fue la necesidad de tener recursos para poder producir y vender su mercancía, no para el pago de personal.
En el caso de las empresas pequeñas y medianas, la parte operativa más afectada fue el pago de nómina, al ser intensivas en mano de obra, dijo.
La procedencia de los créditos entre empresas también fue diferente. De las microempresas que obtuvieron financiamiento, su mayor prestamista fue el Gobierno, en 32 por ciento de los casos, mientras que para las pymes los bancos fueron su mayor fuente de financiamiento, en 32 por ciento de los registros, casualmente el mismo porcentaje.
De acuerdo con De la Cruz, lo anterior se debe a la poca cercanía entre el sistema financiero y las microempresas, negocios a los que el Gobierno les prestó más atención que a las pymes, las cuales tienen mayor acceso al sistema bancario.
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